Cuándo y cómo atacar al enroque enemigo

Existen muchos jugadores que piensan que siempre se debe atacar al rey enemigo. Parece lógico, puesto que si la finalidad del juego es conseguir jaque mate... ¡ataquemos al rey! Pero el ajedrez no funciona así. En realidad hay que atacar al rey enemigo cuando éste haya quedado débil.

Como va averiguando el aficionado conforme va subiendo su nivel, una partida se puede ganar a base de obtener ventajas (materiales o posicionales) que le permitirán seguir mejorando su posición hasta, tal vez, acabar imponiéndose en un final.

Pero si estamos diciendo que al rey hay que atacarlo cuando está débil, hay que tener muy claro cuáles son esas debilidades y cómo jugar contra ellas. Muy pronto aprendemos que en la apertura hay que enrocarse cuanto antes, como ya indicábamos en el artículo sobre los errores más comunes del principante de ajedrez. El rey en el centro queda expuesto pero... ¿cuándo está enrocado queda a salvo?

Precisamente en el vídeo que te dejamos a continuación te explico las debilidades más frecuentes que puede tener un enroque y te resumo algunos detalles importantes de cómo proceder en el ataque en esos casos. Y más abajo encontrarás algunas partidas complementarias, para que amplíes lo aprendido en el vídeo.

Mira este otro ejemplo sobre el sacrificio temático en g5.

Aquí te muestro otro ejemplo de cómo atacar el enroque con peones doblados, ocupando con nuestras piezas las casillas débiles.

Y ahora un par de problemas, especialmente dirigidos para los jugadores más fuertes, pues ya te advierto que son difíciles. ¿Cómo castigarías estos enroques a los que les faltan defensores?