Ganar o perder
Para ganar o perder hace falta mucha actitud, para ambas aunque parezca ridículo hace falta analizar del porque tenemos un resultado bueno o no. El ajedrez es un deporte que te ensena muchas cosas a lo largo de la vida, pero una de ella es que tú asumes las responsabilidades de todo lo que haces, así como en la vida.
Cuando hablo de que hay que tener actitud, hablo de que hay que tener valentía para reencontrarte con lo que no te gusta, pueden ser tus derrotas, tus debilidades, es un viaje ya conocido pero con otro cristal; la objetividad, el aceptar que el otro jugo mejor o no, el valorar correctamente la posición, el llegar al punto de conocer cuál fue la falla y porque la repites, el concientizar y trabajar en ello para no repetirlo.
Quizás lo más complicado de todo es ver las fallas cuando tenemos un resultado favorable, y en este caso a veces escapamos de una derrota por un mal cálculo, por un lapsus de nuestro oponente o por algún golpe de suerte por decirlo así.
Una vez en un torneo rápido veía el rendimiento de un alumno, en su última partida estaba ganado, Dama y pieza de más, con tiempo en el reloj, me di la vuelta y empecé a monitorear a los otros alumnos, al cabo de unos minutos vuelvo y me encuentro que ahora estaba totalmente perdido, me di la vuelta y espere que todo terminara, al salir de su partida, le pregunte: ¿Qué había hecho? Y con gran entusiasmo me dijo Gane!!! Por supuesto que en ese instante me alegre.
Me alegre porque había ido por la partida, al estar en una situación adversa empezó a buscar la partida, a ser incisivo y aprovechar la ventaja de tiempo que tenía hasta que finalmente su contrincante cedió.
Al hablar de la partida en clase, empecé a explicarle los errores que había cometido, sin embargo su actitud fue de “no me importa, solo sé que gane…” y su comentario me lo corroboro, en ese instante me dijo: Prof pero ganeeee… Quizás al salir de la partida emocionado ese comentario hubiese pasado por “debajo de la mesa”, tomando en cuenta la euforia del momento, sin embargo en un salón de clases donde buscamos mejorar todas nuestras habilidades, era inaceptable.
Tener claro cómo se gana, las razones del porque se pierde, si se cometen errores garrafales o no, si tenemos la actitud adecuada, si nos relajamos cuando más esfuerzo se necesitaba, si nos confiamos ante el rival son parte de las características que debemos cultivar. Nos ayuda a mejorar en todos los aspectos.
Si bien es cierto, qué punto es punto no importa lo que pase, también es cierto que no debemos negar la realidad, una cosa es llevar una buena partida de ajedrez, disfrutar como hacemos los planes y lo concretamos y otra muy distinta cuando ganamos por golpes de suerte. ¿Tu cómo quieres ganar? Es una de las preguntas que te debes hacer.
El ajedrecista debe cultivar una serie de elemento que van más allá de su preparación técnica, las enseñanzas más allá del tablero son incalculables, quizás no las admiramos porque estamos inmerso dentro del deporte, pero les tengo una pregunta como ejemplo, claro esta ¿Usted ha visto a un karateca después de un combate feroz analizar todo el combate después que termino la pelea?
Mi intención no es crear diatriba con otro deporte, cada uno posee beneficios para aquellos que lo practican, mi punto es que el ajedrecista aprende a tener entereza ante la derrota, aprende de los errores, aprende del rival, aprende de la experiencia, por muy fuerte que sea la perdida, allí estamos parados, haciéndonos un poquito más fuerte.
A veces las tristeza nos nubla y no hacemos las reflexiones acerca del camino recorrido, nos olvidamos que ese camino forma parte también nuestra formación como ajedrecista, como personas, que aunque el resultado sea adverso la mayoría de las veces son esas experiencias las que nos trae grandes enseñanzas. Cuando reconocemos nuestros errores, nos preparamos mucho mejor para nuestros futuros encuentros.
Tú decides si cada derrota la conviertes en una victoria… en tus manos está en conseguir lo bueno de cada experiencia y transformarla en algo positivo para ti.
Sarai Sanchez
