El farwest español

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Los dragones (o soldados) de cuera eran un cuerpo especial dentro del ejército de la monarquía hispánica que al igual que los dragones europeos eran esencialmente una fuerza de caballería que además estaba preparada para desmontar cuando fuera necesario y convertirse en infantería.

Se les llamaba “de cuera” porque llevaban unos chalecos hechos con siete capas de piel, las llamadas cueras, que ofrecían una buena resistencia contra las armas de los nativos.

Se crearon como tales a finales del siglo XVI y desde entonces se les encomendó la custodia de la frontera norte de la Nueva España, que llegó a incluir Texas, Arizona, Nuevo México, gran parte de California y algunas zonas de Colorado, Utah y Nevada.

Además de este cometido, protegían las rutas de comunicación entre México y California y entre Texas y Florida. Su misión era doble, como soldados y como policía, y residían en fortalezas (o presidios), de ahí que también se les denominara como “tropas presidiales”.

Los dragones de cuera eran hombres duros de frontera. Todos voluntarios que se alistaban por un periodo de diez años. Iban armados con lanza, adarga, espada, daga, pistola y mosquete/carabina.

Su abrigo de cuera, que al principio cubría también las piernas, no tenía mangas y era muy resistente. Fabricado con hasta siete capas de cuero, era capaz de parar una flecha india. Inicialmente lo llevaban solo los oficiales y después se incorporó como vestimenta de toda la tropa.

Con el paso de los años los dragones de cuera adaptaron un modelo más ligero que solo cubría el torso a modo de coraza.

Además, el soldado de cuera debía contar con 6 caballos, un potro y una mula, debido a los inmensos territorios que debían controlar. Las banderas y estandartes que utilizaban también llevaban generalmente los cuarteles de la Corona, aunque también utilizaron la Cruz de San Andrés.

Ingresar en los dragones de cuera era voluntario y se firmaban periodos de permanencia de 10 años. En cuanto a su composición, entre 1773 y 1781, la mitad del ejército era de origen español y la otra mitad mestiza, mulata, o de procedencia india.

Solo los altos mandos eran europeos (no solo españoles, también italianos, valones y de otras partes del Imperio).

Esta acuarela, .firmada por Raymundo Murillo, se encuentra en el Archivo General de Indias de Sevilla, y se titula: “del estado con que están las tropas que guarnecen la Línea de la Frontera de las Nueve Provincias Internas de Nueva España”, acompañando un memorando al Príncipe de la Paz para la modificación de las Compañías Presidiales.
La mayor parte de su servicio era un discurrir en soledad por los extensos territorios norteamericanos patrullando entre ranchos y misiones, protegiendo a los pueblos indios aliados, explorando, rastreando actividades hostiles y realizando cartografía.

La larga frontera cubría un vasto territorio que iba desde San Francisco en California hasta San Agustín en Florida, a lo largo 4.000 kilómetros en línea recta, pero que sobre el terreno suponían cerca de 6.000 kilómetros.

Los dragones eran, por tanto, pequeñas guarniciones, muy esforzadas y móviles, que recorrían varios cientos de kilómetros al mes, en continua cabalgada. Su número alcanzó los 1.500 soldados al final del s. XVIII, exactamente, en 1780 eran 1.495 dragones de cuera. Pero durante más de un siglo desde su creación, sus efectivos fueron inferiores a 600, exactamente 592 en 1705, ¡y tenían que defender una frontera de 6.000 kilómetros!