Arzobispo

CREO que el ajedrez debe jugarse para atacar, para combinar y para ir siempre a matar al rey enemigo. No concibo otra forma de jugar al ajedrez.

 Mi mejor partida hasta hoy (Precisión del 100%): https://www.chess.com/analysis/game/live/78181793775?tab=review&move=25

Un gambito Wilkes-Barre. He jugado esta posición cientos de veces. 

MI apodo "Arzobispo" no alude a un ministerio religioso. Me puse "Arzobispo" como un pequeño homenaje a José Raúl Capablanca, quien propuso un nuevo tablero de ajedrez y dos piezas nuevas, llamadas "Arzobispo" y "Canciller". La primera me atrajo mucho, sobre todo porque sería la única pieza del ajedrez que puede dar mate por sí sola, sin ayuda de ninguna otra, combinando los movimientos del alfil y el caballo, lo que la vuelve más letal que incluso, la propia Dama.

 

MI TOP 5 DE TODOS LOS TIEMPOS

 

5.- Alexander Alekhine (Aliojin) - TENAZ y combativo. Un ejemplo de músculo ajedrecístico y frialdad calculadora.

 

4.- Mijaíl Tahl - CREATIVO y explosivo. El último gran mago del tablero del siglo XX. Sabía dinamitar posiciones aparentemente simples con jugadas fantásticas y sacrificios espectaculares.

 

3.- Paul Morphy - GENIO y talento. El ajedrecista nato, el táctico invencible, la estrella fugaz de la cuadrícula. Él representó muy bien a mi generación favorita de ajedrecistas: Bird, Blackburne y Anderssen, los románticos decimonónicos.

 

2.- José Raúl Capablanca y Graupera - SÓLIDO y balanceado. El Gran Maestro cubano para algunos es el ajedrecista más eficaz de la historia. Combinaba como romántico y calculaba como hipermoderno, todo con una precisión digna de motor informático. Imbatible en blitz, elegante y con técnica preciosista. Un auténtico gigante.

 

1.- Bobby Fischer - COMPLETO. El mejor ajedrecista de todos los tiempos. Reunió las características de los otros cuatro integrantes de este rank y las explotó con maestría. De espíritu agresivo lo cual es un valor agregado e indispensable para estar en el puesto número uno: un jugador de e4 en plena era hipermoderna es una declaración de gallardía y talento que se agradece. A él se atribuye la frase: "Quien no responde a 1.e4 con e5, es un cobarde".