La Escuela Romántica de Ajedrez

A lo largo de los años han ido surgiendo diferentes tendencias, estilos de juego y maneras de entender el ajedrez. Algunos de ellos se han generalizado y desarrollado en su época, instaurándose como modelos. Comenzamos una serie de artículos en donde haremos un repaso a las escuelas de ajedrez que han marcado época.

La Escuela Romántica

El ajedrecista se acerca al juego como artista, se busca la belleza y se desprecia la victoria conquistada por ganancia de material y juego defensivo. Greco es uno de los primeros, en el siglo XVII, en desarrollar sorprendentes sacrificios contra el enroque y basarse en el juego combinativo.

Poco convincente fue Philidor en el siglo XVIII para sus contemporáneos. A pesar de que fue el primero en entender algunos principios posicionales básicos. Habría que esperar muchos años a que apareciera Steinitz para rescatar, madurar y propugnar algunas de sus ideas, como la famosa frase: "Los peones son el alma del ajedrez". De momento, en la etapa romántica, se buscaba la creación de una obra de arte en cada partida, considerándose que para ello eran necesarios los brillantes sacrificios y vistosas combinaciones de mate.

De Labourdonnais es considerado por muchos como el primer gran representante de la Escuela Romántica. Alumno aventajado de Deschapelles, militar del ejército de Napoleón, se hizo famoso en el emblemático Café de La Regence de Paris. En aquel local se dedicaba a jugar contra todo el que apostara unos billetes. Su rapidez para contestar a las jugadas del rival contrastaban con las largas pensadas de sus oponentes. Pero no encontraría un digno rival hasta que se enfrentó a la gran promesa del ajedrez inglés: McDonnell.

"Café de la Régence" vía Wikipedia

El citado café parisino serviría de escenario para el encuentro más famoso de la época. El francés demostró su superioridad consiguiendo un triunfo con el siguiente marcador: 45 victorias por 27 del inglés. Se produjeron 13 empates. Cuentan que el encuentro se desarrollaba en el tumultuoso Café de la Regence, con un público poco silencioso que comentaba en voz alta las jugadas.

Veamos una de las victorias del francés.

Pero el momento cumbre de la Escuela Romántica llegaría de la mano de Anderssen, quien produjo obras de arte que han resistido el paso del tiempo, tales como La Inmortal o la Siempreviva.

La inmortal

La Siempreviva

El relevo generacional

Estas dos obras maestras caracterizan el agresivo juego del alemán, que es el último gran exponente de la Escuela Romántica. Su relevo lo tomó un joven Paul Morphy, que aunque deslumbró con sus brillantes combinaciones y su juego agresivo, puede ser considerado el primer jugador que entendió los fundamentos del juego posicional. Más tarde llegaría Steinitz para sentar las bases del juego posicional, por supuesto. Pero Morphy era un adelantado a su época que entendía los fundamentos estratégicos del ajedrez y los aprovechaba para transformar sus ventajas en ataques increíbles.

Veamos una de las victorias de Morphy sobre Anderssen en el duelo que acabó con la victoria del americano con 7 partidas ganadas por tan solo 2 derrotas, con 2 partidas finalizadas en tablas. Este match suponía el fin de la "era Anderssen" y dejaba claro que Morphy había llegado para sustituirlo.

Pero Morphy, que conquistó Europa en su magnífica gira (de la que puedes averiguar un poco más en el artículo los 10 momentos más importantes de la historia del ajedrez) quedó marcado por la tristeza e impotencia que supuso el rechazo de Staunton a jugar un match contra él.

Algunos grandes exponentes del ajedrez romántico son: Blackburne, Kieseritzky o Saint-Amant.

Táctica romántica

Y ya que estamos inmersos en el romanticismo... ¿te apetecería resolver algunas problemas "románticos"? Todos los protagonistas pertenecen a la Escuela Romántica.