¿Qué le decimos a nuestro oponente? ¡Hoy no!
El Estimulo

¿Qué le decimos a nuestro oponente? ¡Hoy no!

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Dicen que los problemas no nos definen, si no nuestra actitud ante ellos, quizás hay situaciones inesperadas y probablemente son significativas pero la actitud que tengas es la que sin lugar a duda te hará más fuerte. Nuestro deporte no escapa de ello, hace días jugaba una partida rápida con un niño quien me jugo muy bien la apertura, sin embargo su postura, su falta de concentración entre otras cosas me mostraron que ya tenía la victoria asegurada. Era solo cuestión de tiempo.

Al salir de la partida con la victoria en mis manos, le pregunte ¿Cuántas piezas tienes al comenzar la partida? ¿Cuánto tiempo tienes en reloj? Lo que su respuesta fue: Tenemos todo igual, y ¿porque te sentías perdido desde que vistes el pareo? Y con los hombros me dijo no lo sé.

He sido testigo que este problema aunque parezca pequeño puede afectar a un ajedrecista, y es más común de lo que se cree, una de las mayores debilidades pueden ser los pensamientos pesimistas, la forma de motivarse, la forma de enfrentar a oponentes que tienen más nivel, las conversaciones internas antes de una partida, un ajedrecista debe tener temple, debe tener deseos de ganar, bien hay un dicho que dice “No hay enemigo pequeño…”

Vamos hacer una analogía con la serie Juegos de Trono, imagínese que usted está pronto a desarrollar una batalla épica, su rival encarnado en el Rey de la Noche y su ejército de Caminantes Blancos (White Walkers) viene por usted, él tiene todas las habilidades posibles, es capaz de levantar a los muertos, convertir a un dragón que escupe fuego que puede derribar un muro milenario, es pocas palabras quiere a toda costa ganar la guerra.

Mientras usted desde otro lado está a la expectativa, nervioso por todas las habilidades de su rival, pensando que más allá de todo, “morirá con las botas puestas…” como reza un dicho popular. Usted se preparó para la guerra, tiene sus venenos a la orden día y aunque usted no sabe a qué se enfrenta peleara por lo menos para ser un digno oponente o al menos hacer su mayor esfuerzo.

De pronto usted siente que no puede ganar, los nervios no lo dejan pensar, las dudas le sobrepasa, sus pensamientos están enfocados en los muertes viviente y que probablemente sea su última noche por lo que no piensa claramente si lanzar una daga, salir corriendo o hacer una plegaria. Es allí donde le pregunto: ¿Cuál sería el resultado de la guerra o la partida en ese momento?

Indudablemente no sería favorable, al tener sus pensamientos ocupados en: cuando dejara de atacar, falta poco, cuando dejara de sacar recursos, no puedo luchar con esto… En este momento usted ha perdido la partida.

Sin embargo, imagínese que aun con todos los pronósticos en contra, usted decide hacerle frente al Rey de la Noche, se prepara, escoge el mejor momento, se esconde sigilosamente porque usted desea ganar, aparece de la nada con una daga de vidriagon, él atento a sus instintos le toma por el cuello y le bloquea la mano que sujeta la daga, en ese momento usted no dice se acabó, busca la forma de ganar dejando caer la daga (su último recurso) para que su mano libre la tome y acabe con la guerra que tanto le atemorizaba, dando Jaque Mate al Rey.

Como ajedrecista es fundamental tener deseos de ganar, ser competitivos, y aunque estemos jugando contra un jugador de mayor ELO o titulado debe existir ese deseo de obtener la victoria, aunque las probabilidades sean adversas, jamás dejar de buscar recursos, jamás rendirse, por eso y otras cosas más ¿Qué le decimos a nuestro oponente? ¡Hoy no!

Sarai Sanchez

Fotos tomada de: http://elestimulo.com

¡Bienvenidos a mi blog! en este espacio espero poder compartir todos aquellos conocimientos, pensamientos, opiniones, entrevistas y todo lo relacionado con el Ajedrez. Espero que disfruten de este espacio.