Nadie es una lata vacía

Me veo niño tirado panza arriba en el campito cerca de mi abuel y no tiene basura, solo algunas ortigas. El globo de color indefinido viene cayendo lentamente como si fuera un paracaídas con sus hilos enredados. Trae retazos del cielo consigo, me digo, como si fuera una nave de Dios hasta que caiga y se convierta en un libro olvidado en el pasillo. Tal vez será una mariposa de alas rotas o una congregación de hormigas, o mi primo dibujando pentágonos y agujeros en el rostro de los bandidos de sus revistas mejicanas. Recojo pensamientos que son migajas en el pozo seco de mis bolsillos. Creo tontamente que el té es la misma infusión a cualquier hora y tendrá las mismas hojas e idéntico color, y nunca cambiará su sabor más allá de la taza donde se tome. Me sorprende el sol con perlas chispeantes de una alegría extraña y la forma de una silueta que es del futuro y no de este pasado en que me encuentro. Arrugo las páginas que no están conmigo, o he de llevarlas en mi saco de fiesta y de domingo, ni tampoco en el bolsillo de atrás del pantalón cortito de jugar en la tierra. Dejo correr la arena entre mis dedos mientras un gato me observa desde su atalaya de ladrillos, madreselvas y una corona de vidrios para que los chicos no saltemos a robar mandarinas. "Don Dueño" no adivina que debajo de él pasa en río ni que el paisaje alrededor suyo y mío, es un "rompecabezas". El absurdo se ríe de mi lana y mis pestañas heladas, acelero el verano, soy un camino de montaña, un beso de felinos que no saben de sentimientos muertos ni extraviados profetas. La copa estaba hasta el borde de poesía y yo ahogado en prosas, llevo aprtdo el pecho de melancolías, de amor, ilusión y fantasías, tesoros caros prestados de la vida que no exige devolución. Nadie es una lata vacía y siempre se puede volcar algo del misterio interno. Nuestras semillas no son tan distintas y dicen que todas valen igual. La del que ostenta su castillo de cristal envilecido y la quien asoma su corazon desde una villa fantasma con intestinos a cielo abierto. La imagen borrosa de un diario naufraga hacia la boca de tormenta y en su pasaje de letras lleva lo que quieren hacerte creer y una lista de pasajeros repetida en cualquier cuento. Nombrarlos sería redundante por que cada cual sabe a quién pondría en la cubierta alta del barco, en la del medio y en la mas baja. (Continua)

En mi adolescencia conocí las sentinas donde viajan las ratas. No sé nada y en mi visión celeste solo hay pájaros y sonidos que elijo con diciplina infantil. Únicos y eternos hasta que muera , el silvido de mi viejo, el ruido de las ollas de mamá, el chasquido de los libros de mis hermanos estudiando, la pelota rebotando en mis orejas sucias de tierra al terminar los juegos. (continua

Los gritos de mi tía por sus plantas rotas, los flecos zumbantes de mi barrilete, el baldazo de agua en la vereda de una vecina para ahuyentar nuestras figuritas y las broncas por una "mal tapada".

Las estrellas son mas complicadas pero intensamente bellas, y alí estábamos cuando la perra

Laika" pasaba por el cielo de mi barrio y nadie hablaba de guerra fria ni era nuclear. Solo jugabamos a descubrir satélites, mirábamos la pequeña porción del mundo que nuestros ojos podian sin preguntar si era justo o despiadado, si había héroes o villanos De eso aprendimos en el catecismo y muy mal en el cine. Desde aquella estación partimos y vamos llegando a destino según horario y boleto. En el portaequipaje van amontonados incontablescantidad de sueños, entre ellos mi mochila con las utopías que alimentan la antigua y cotidiana aventura de vivir.

I see myself as a child lying face up in the small field near my grandmother, and there's no trash, just a few nettles. The balloon of indeterminate color is falling slowly, like a parachute with tangled threads. It brings scraps of the sky with it, I tell myself, like a spaceship from God, until it falls and becomes a forgotten book in the hallway. Perhaps it will be a butterfly with broken wings, or a congregation of ants, or my cousin drawing pentagons and holes in the faces of bandits in his Mexican magazines. I gather thoughts that are crumbs in the dry well of my pockets. I foolishly believe that tea is the same infusion at any time, and will have the same leaves and identical color, and will never change its flavor beyond the cup in which it's drunk. The sun surprises me with sparkling pearls of a strange joy and the shape of a silhouette that belongs to the future and not to this past in which I find myself. I crumple the pages that aren't with me, or I have to carry them in my party and Sunday jacket, or even in the back pocket of my shorts for playing in the dirt. I let the sand run through my fingers while a cat watches me from his vantage point of bricks, honeysuckle, and a crown of glass to keep the kids from jumping in and stealing tangerines. "Mr. Owner" doesn't guess that a river is passing beneath him or that the landscape around him and me is a "puzzle." The absurd laughs at my wool and my frozen eyelashes, I accelerate summer, I am a mountain path, a kiss from felines who know nothing of dead feelings or lost prophets. The glass was filled to the brim with poetry, and I, drowning in prose, carry within my chest melancholy, love, hope, and fantasies, precious treasures borrowed from a life that demands no return. No one is an empty can, and one can always spill something of the inner mystery. Our seeds aren't so different, and they say they're all worth the same. The one who flaunts his debased crystal castle and the one who peers out from a ghost town with intestines exposed to the sky. The blurred image of a diary shipwrecks toward the storm drain, and in its passage of letters carries what they want you to believe and a list of passengers repeated in any story. Naming them would be redundant because everyone knows who they would put on the ship's upper deck, the middle deck, and the lowest. (Continued) In my adolescence, I knew the bilges where rats travel. I know nothing, and in my celestial vision there are only birds and sounds that I choose with childlike discipline. Unique and eternal until I die: my old man's whistling, the noise of my mother's pots, the click of my brothers' books studying, the ball bouncing in my dirt-soaked ears at the end of the game. (continued My aunt's screams for her broken plants, the whirring fringes of my kite, the bucket of water thrown on the sidewalk by a neighbor to scare away our figurines, and the arguments over a "badly covered" one. The stars are more complicated but intensely beautiful, and there we were when the dog "Laika" passed through the sky of my neighborhood and no one talked about the Cold War or the nuclear era. We only played at discovering satellites, we looked at the small portion of the world that our eyes could see without asking if it was just or ruthless, if there were heroes or villains. We learned that in catechism and very poorly at the movies. From that station we depart and arrive at our destination according to schedule and ticket. In the luggage rack are piled countless dreams, among them my backpack with the utopias that fuel the ancient and daily adventure of living. THE END -

THE END - FIN

Es un historia?

Aun no termine, a pesar que mi teclado no handa bien, demasiado pude escribir, u aun falta mas de la mitad, y como historia es mas bien un pensamiento a traves de alguien.

SALUDOS

Nadie es una lata vacía, Lupe. Cada quien tiene una historia que contar.
Me parece que tu escrito desborda una sensibilidad y una imaginación viva que conmueven. Hay una mirada poética sobre la infancia, lo cotidiano y el paso del tiempo que conecta con lo más íntimo. Logras transmitir una nostalgia luminosa, casi mágica, con imágenes potentes y auténticas. La memoria se mezcla con la fantasía, y la ternura con una conciencia de la realidad social. Tienes una voz que no teme ser vulnerable ni soñadora, y eso es profundamente valioso.

Ere muy bonita; buen cuerpo tambien.